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Atracción por tu mismo sexo

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¿Aumenta el número de homosexuales?, ¿Son normales las personas que se sienten atraídas por gente de su mismo sexo?, ¿Pueden las violaciones o los abusos infantiles ser la causa de la homosexualidad?

Cuentan que allá por la primera mitad del siglo XX, por los cuarentas, había un letrero en uno de los más famosos salones de baile que decía más o menos: «Prohibido tirar las colillas de los cigarros a la pista de baile porque las damitas pueden quemarse los pies«. La petición-advertencia se debía a que muchas mujeres acudían descalzas a disfrutar la música de moda.

Los letreros prohibitivos son comunes en sociedades como la nuestra, en pulquerías, todavía existen, y en cantinas es posible leer: «Se prohíbe la entrada a mujeres, menores de edad y uniformados». En algunos clubes se advierte que sólo pueden entrar quienes sean socios. En Chapultepec y en varios parques hay letreros donde se prohíbe la entrada con mascotas, pero la nota indignante se la llevó un balneario de Aguascalientes donde se decía que no podían entrar ni homosexuales ni animales. Es increíble que a estas alturas todavía existan estas discriminaciones, las cuales se explican, más no se justifican, por la ignorancia de algunas personas.

Etimología

El prefijo homo deriva de la raíz griega que significa igual, por lo que el término homosexual hace referencia a personas que sienten atraídas por personas de su mismo sexo. Son muchos los homosexuales que prefieren denominarse como gay, señalan que esto de alguna forma manifiesta su orgullo y hace referencia a un estilo de vida.

Breve repaso histórico
En la Grecia clásica las relaciones homosexuales (paidofilas) eran aceptadas y resultaba extraño que un maestro no tuviese su «pupilo». Multitud de dioses y héroes griegos: Zeus, Hércules, Poseidón, Aquiles y otros tenían actividad homosexual manifiesta. Platón ensalza sus virtudes en el Simposio. En Roma la homosexualidad estaba legalmente aceptada y algunos emperadores estuvieron casados con otros hombres, destaca Nerón.

La Biblia condena todo tipo de actividad erótico-sexual que no tenga como fin último la reproducción y por supuesto que la homosexualidad no escapa a ello: «Si un hombre yace con otro hombre como si fuera mujer, ambos cometen una cosa abominable, serán castigados con la muerte. Caiga su sangre sobre ellos» (Levíticos, 20, 13). No obstante lo anterior, investigadores como John Boswell señalan que la Europa católica durante muchos años no se mostró hostil contra esta preferencia. En realidad los ataques más fuertes contra la homosexualidad y contra las conductas sexuales sin fines reproductivos tienen su principal origen en los escritos de Agustín de Hipona y Tomás de Aquino. Los homosexuales fueron juzgados y en ocasiones se les condenó a sufrir regaños, azotes, rezar oraciones y también tortura o a ser quemados en la hoguera. La Inquisición durante la Edad Media arrancó confesiones (y riquezas) a los sospechosos que de inmediato recibían el castigo correspondiente a pervertidos, herejes y traidores.

Es a partir del siglo XIX cuando ya no se les consideró pervertidos sino enfermos, la verdad no ganaron mucho ya que el discurso conservador fue avalado por el «pretendidamente» científico.

Si bien en la mayoría de las sociedades humanas la heterosexualidad es el comportamiento preferido, Ford y Beach encontraron que en 49 (64%) de 76 «sociedades primitivas», la homosexualidad era vista como normal y aceptable. Sin embargo, desde hace varios siglos en la sociedad occidental, la homosexualidad ha recibido una gran crítica y se le ha combatido (literalmente) a sangre y fuego. Difícilmente otro comportamiento sexual ha recibido tales ataques, de todos los sectores de la sociedad.

Son muchas las personas que han luchado por erradicar las leyes que en los diferentes países han existido para combatir esta orientación. En 1969 una manifestación nocturna en la calle Christopher, en el Greenwich Village neoyorquino, protestando por redadas en los bares homosexuales, fue combatida brutalmente por las autoridades, pero ese hecho marca el inicio de una época de activismo. El reconocimiento de que no eran enfermos permitió a muchos homosexuales ganar una gran cantidad de espacios y todo parecía marchar sobre ruedas hasta que hizo su aparición el SIDA…

¿Es contagiosa? ¿Son pervertidos? Después de leer el presente escrito le quedará claro que la respuesta a ambas preguntas es un rotundo NO.

Teorías sobre el origen

Mucha gente temerosa y preocupada por un comportamiento sexual que no es como el suyo intenta explicarse por qué los homosexuales prefieren unirse a personas de su mismo sexo. Llama la atención que el heterosexual nunca se preocupa por explicarse la génesis de su orientación sexual.

1. Teorías biológicas

1.1. Factores genéticos. A mediados del siglo XX en una investigación efectuada con gemelos idénticos, Kallman demostró que en el 100% de los casos cuando un gemelo era homosexual el otro también lo era. Numerosos estudios replicando la metodología de Kallman, se han efectuado desde entonces y nunca se han encontrado cifras como las de él; ahora sabemos porque, hace unos cuantos años aceptó públicamente que había alterado sus datos.

En 1994 la noticia de que se había encontrado el gen de la homosexualidad (Xq28) sacudió al mundo científico, pero sólo por un pequeño tiempo. La realidad es que la muestra para dicha investigación fue muy pequeña y la forma en que se seleccionó a los participantes a todas luces fue sesgada.

1.2. Factores hormonales. Mucho tiempo se dijo que lo que les faltaba a los homosexuales varones era testosterona, motivo por el cual algunos investigadores inyectaron la sustancia a homosexuales masculinos; tiempo después notaron que a algunos les aumentó el deseo, es decir, querían tener más relaciones sexuales, pero con hombres. La testosterona determina el deseo sexual, tanto en hombres como en mujeres, pero no su dirección.

2. Teorías psicológicas

2.1. Teoría de Freud. Consideraba que los seres humanos son bisexuales al nacimiento y que alteraciones en el desarrollo, como la no resolución del complejo de Edipo, conducían a la homosexualidad. Aquí entre nos, Freud no escribió mucho al respecto. En una carta enviada a la madre de uno de sus pacientes, y que es señalada como modelo de bondad, le dice que su hijo no está enfermo, ni es un delincuente ni su conducta es motivo de vergüenza. Cita a varios personajes históricos que también fueron homosexuales, pero agrega que seguramente problemas en su desarrollo causaron su homosexualidad. No es un enfermo pero tuvo problemas en su desarrollo, ¡clarísimo! También señaló que el origen podía encontrarse en las relaciones que el sujeto establecía con sus progenitores, sobre todo cuando seguían el modelo de madre dominante, padre débil.

2.2. Teoría de Bieber. Señalaba que la verdadera causa residía en un gran miedo del sujeto para establecer relaciones heterosexuales.

3. Teorías conductistas

En ellas se afirma que este comportamiento es aprendido. Si la persona en sus primeras experiencias heterosexuales tuvo más molestias que placeres y en cambio tuvo encuentros homosexuales gratificantes, esa es la causa.

4. Las preferencias según Bell, Marmor, Jay

Estos investigadores se propusieron estudiar a las personas homosexuales que no acudían a consulta, eso constituye una idea por demás interesante porque la mayoría de lo publicado provenía de las experiencias de médicos, psicólogos o psicoanalistas con sus pacientes. Decidieron probar si las hipótesis psicoanalistas en torno al origen de la homosexualidad eran ciertas y su conclusión fue que ninguna de ellas es verdadera. A partir de ese momento se adoptó el término de preferencia sexual. Sin embargo, no me convence de todo pues implica voluntad y elección. Si digo que mi preferencia es la heterosexual significa que prefiero, aunque podría ser lo contrario, a las personas del otro sexo. Me parece más adecuado el concepto de Orientación sexual.

En 1974, la Asociación Psiquiátrica Americana declaró y publicó en su Manual Estadístico de las Enfermedades Mentales (DSM III), que la homosexualidad no era un padecimiento mental. La homosexualidad y el lesbianismo sólo son una parte del amplio espectro del comportamiento sexual humano y no constituyen ni una perversión, ni una aberración, ni una enfermedad. El que la gente tenga este comportamiento no los incapacita. Hasta la fecha no se puede señalar cuál es la verdadera causa de la orientación sexual, lo más probable es que existan varios factores, es decir, habrá pre y postnatales.

1 comentario

  1. juan esteban

    25/06/2014 at 19:47

    Sinceramente siempre me inclino mas por los hombres que por las mujeres yo soy una persona seria discreta que solo quiere conocer mas gente

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